SOMEDAY

Si... puede que sea capaz de eso... De poder escribir palabras de amor a la siguiente que me robe suspiros, a la siguiente que robe mi atención y mi tiempo...

Puede que sea capaz y tal vez sean mejores mis palabras... pero pasa que esta vez eran palabras para ti, para que tu escucharas mi voz al leerlas, para que las sintieras tan tuyas como realmente eran.
Y sí, puede que mañana aparezca un texto nuevo simulando que estoy enamorado de una chica nueva, y todo el mundo podría creerlo, pero no es así, nunca ha sido así o ¿siempre ha sido así?... siempre he hecho parecer que soy fuerte ante esas situaciones y no, soy frágil, débil como cualquiera... no me he hecho inmune a pesar de tantos fallos y situaciones raras.
Me he enamorado pocas veces y esta sin haber entrado en la cuenta de noviazgo, ha sido de las más fuertes e inquebrantables de la historia de mi vida. Eres mágica, siempre lo dije.
Tienes brillo en los ojos y aún así, no logra encandilarte nada. Vives en tu sueño en pausa... ¿vives? creo que como yo, sobrevives más bien esperando un pasado... un futuro tal vez.

No fuimos, ni vamos a ser. Pero somos y seremos para siempre...

Tú quien me agrande la sonrisa con sólo aparecer y yo seré, quien intente sostener la tuya para que se mantenga arriba... Tú que soplando me causas cosquillas... y yo con carcajadas contagiarte que creo que la vida sin tus cosas me hace daño.

Gracias por aparecer y por permanecer.

FRIO

A veces los días de invierno son como la vida, se llenan de contradicciones, de grises, de rojos, de ocres, de verdes y amarillos.
El dolor y las ganas de soñar se entremezclan y el vuelo del viento arranca unas lágrimas... el frío se cuela por el tejido de la ropa y llega hasta el alma.
Hoy un día de invierno para ser feliz, se nubla con ventoleras de mando y ordeno, se tiñen de añoranza, de olores a infancia, de sonetos, de guitarras y se lleva y se trae la suerte de un lado para otro.
Hoy las llamadas y las despedidas, las idas y venidas, la ropa que no se desarruga, la plancha que no estira, los polvorones y los pucheros.
Hoy el invierno y la melancolía, los juegos de mantel y servilleta, las conversaciones a medio acabar, lo tonto que me siento, lo vulnerable que eres.
Hoy... saber sin tener conocimiento, sospechar sin tener motivos, crecer y girar.
El invierno que ha tardado en llegar se ha aposentado en mi empachado hígado como un largo recorrido hacia adelante.
Y me siento frágil como si fuera de harina y te veo hábil y cargando responsabilidades y me aferro a los abrazos que quiero darte, a los besos que se derraman de mis labios, me agarro a tí, y a nosotros y no sé si me faltan brazos o me sobran ganas pero tengo deseos enormes de sentirme anclado para siempre en este maravilloso mundo de los afectos que me das, sin saberlo y sin quererlo, afectos de mi subconciente, que nos damos, que nos mantienen alerta y llenos de recuerdos y buenos deseos.
Hoy el invierno me ha desvestido de todas mis fortalezas y me abriga con el ánimo de seguir cultivando este huerto de naranjas para un medio zumo.