NO ME CANSO DE ESPERARTE




Otra vez. Es la tercera vez que me ocurre en una semana. Ya casi puede llamarse rutina, e incluso a veces, no se ni donde limita el sueño.
Es entonces cuando vuelvo a cerrar los ojos esperando despertarte de aquélla forma y con aquellas palabras.
"Buenos dias,princesita". Qué bien sonaba.
Y cuánto me estaba doliendo éstas ultimas mañanas.

Todos dicen que ella era mi todo (no me cabe la menor duda) y tambien dicen que ahora es tiempo de cerrar etapas.
Pero en mi sueño intermitente ese final de capitulos se cierra con otra perspectiva que hoy dia esta nada mas lejos de la realidad. Aún asi me gustaria que lo pudiesen ver tan claro como yo en mi secreto compartido con la almohada...

.... que en ese final, era sábado, como hoy, otro sábado más, o eso parece.
Hoy, 12 de Septiembre exactamente, se despega de las sábanas, recoge su cama y baila alrededor de un café mientras cambia varias veces el sentido de la cuchara. Y tras varios traspiés, se levanta.
Hoy tiene la garganta atascada de palabras.
Cancela sus planes y busca como alternativa peli y manta.
35 grados a la sombra, pero el lleva un tiempo viviendo como en un invierno en Finlandia. Repasa las grietas de su coraza mientras acomoda el sillón. Se deja caer, y en las milésimas antes de que el cojín toque su cuello, suena el teléfono. Se repone embriagado de sosiego y mira desinteresadamente. Dos segundos más tarde tiene otra mirada. Ella. De la que todo lo sabe y no sabe nada.
Cuenta hasta tres. Dos veces, y una más por si la voz le falla. Ahora sí le matan las ansias. No se han visto nunca y sin embargo, se desean desde siempre. Esta noche aguarda. Se mira en el espejo tantas veces que su imágen se desgasta. Que rebaja sus barreras al nivel medio. Y al parecer, su corazón tiene bandera naranja.
Da zancadas tan largas que sus soplidos se disparan. Pero hoy no es sólo aire lo que respira. Y en el camino le da tiempo a pensar diez mil formas de saludarla mientras se deshace de sus manías. Y allí está. Da dos pasos hacia atrás y se queda clavado. Y por unos segundos, desearía no estar allí.
La única razón es que no tiene razones. Y eso le encanta.
Ella avanza mientras disimula tocándose el pelo,
Y el mirando cómo le tiemblan las manos, con media sonrisa en la cara y en los ojos un brillo que hacía mucho que no asomaba. Y sólo le queda un hilo de voz presionado por un nudo en las cuerdas vocales. Es tanto o más preciosa de lo que imaginaba. Pasan las horas y sus palabras se gastan.
Entonces,sus nudillos se anudan mientras las manos se paran a la altura de la cintura y comienza el choque de miradas. Ella se acarició la cara y subió sus manos hasta el primer mechón de cabello.
Vaciló con él y ausentó su mirada con desinterés pero no tenía nada que hacer en todo el día.
Que lo único de lo que se ocupaba a tiempo completo abrió y cerró la puerta sin despedirse si quiera. Y detrás de ella se fueron sus maneras.
Que en un instante volvieron a sentir lo grato que llegaba a resultar matar los amaneceres con aquél sistema que solo ellos dos compartian en silencio.
Que el limite era la imaginación.
Y supongo que era lo más normal del mundo, su única preocupación se resumía en concentrar su brío en el movimiento de sus caderas, en cómo darle un poco más sin que se diese cuenta, en mirarla a través de fotos donde no aparecia mirando y estaba como de casualidad porque era cuando salia más guapa... en sondear sus poros para dar con el punto exacto donde tenía las cosquillas, en buscar el roce y encontrar las maneras de sonrojarla.

Que en mi final, acto seguido resopla mientras en su cabeza rebotan las mismas palabras que la ahogan todos los días,
"Podrías haberme querido".
Y que el se levanta y se lleva la mano entre el vientre y el pecho. A veces, se le clavan los pedacitos de corazón en las esquinas de los cortornos de sus entrañas. Y el hilo con el que borda sus costuras engendra heridas de las que duelen, pero no sangran.

No sé qué estarás haciendo en este momento. Mientras yo pienso en tí, ¿Tú qué? ¿También piensas en mí? No creo. Mientras yo pienso y escribo para tí, tú puedes estar besando otros labios, sonriendo a otras sonrisas, mirando a otras miradas. Mientras yo estoy aquí, tú eres feliz en otra parte. Como siempre quise, como decidimos.
Pero, dime, en las relaciones con otras personas... ¿Con alguna otra persona éramos tan felices?
No te voy a decir lo que yo pienso, aunque supongo que lo sabes. Pero me gustaría saber qué contestarías tú. Si te dieran a elegir entre un día conmigo y el resto de tu vida con otro, ¿Qué eligirías? ¿Vendrías conmigo? Aunque sólo fuera para besarnos hoy y matarnos mañana, (o MATAME para no perder la costumbre) ¿Qué harías?

¿Sabes? A veces, creo que hay que apostar por lo que realmente uno sueña, por lo que realmente uno siente. Pero otras, muchas otras, pienso que no merece la pena tanto daño por algunas horas de felicidad. Esto es el laberinto de la vida en la que nos metió el destino. Cuando ya creía que tenía cerca la salida, me choqué con otro muro. Pero llevamos demasiado tiempo metidos aquí, creo que ya va siendo hora de encontrar el camino. Y, sinceramente, no creo que tardemos mucho...

Hicimos algo grande: Nos quisimos como nadie.
Y eso siempre quedará.