COMO HABLAR

A veces tengo ganas de decirte tantas cosas que casi puedo explotar... si fuera por mi te dejaria a diario una nota en tu buzon, en tu bolso, en los bolsillos de tu pantalón, en tu abrigo...
Sería muy fácil, supongo...
Pero al pensarlo me he hecho un lío en la cabeza, porque ya tengo demasiadas notas en mi mente, y otras más escritas en la pared, en el corazon y en mi cuaderno.
He jugado a combinar gran variedad de palabras capaces de describir lo que siento sin que suene demasiado cursi, sin menor lío con la prudencia... Y sabes? creo que con poco que haya puesto, basta; pues si tú eres despistada, yo soy más bien torpe y cuando pienso en algo, aunque no lo diga, se nota; además, soy muy de hacer tonterías como dejar notas, y lo sabes.
Y pasan los días y aunque tengo ya un kilo de palabras en la punta de mi lengua, no digo nada, nO te llamo, no te escribo, no te veo, ni las plasmo en un papel entonces, no meto nada en tu bolsillo. Y pienso que quizas lo de la nota es una estupidez, que está más que visto y que es un detalle muy premeditado...
Y aunque en mi mural te pinte una sonrisa de oreja a oreja, y ponga en letras grandes, frases que solo tú entenderías y sonreirias al leerlas, eso es solo lo que me parece al principio, porque luego me doy cuenta de que seguramente pensaras que soy un poco imbécil si escribo en vez de hablarte con atención...

No, desde luego las letras no son la solución.

Me prometo entonces, que un día voy a sonreírte. (Sólo a sonreírte) Y mi sonrisa será tuya. (Sólo tuya). Lo que pasa es que hay días demasiado serios como para andarme con risitas, (como hoy por ejemplo) y otros días son tan alegres que cualquier sonrisa es más que evidente (Pero lo mágico es eso, el motivo de mi sonrisa seras tu y lo sabrás). También he tratado de sonreirte en días corrientes, pero se me desvían los ojos hacia el suelo por miedo a que me rechaces, entonces, dejo de mirarte y parece que me río por dentro... Total, yo siempre estoy en mis cosas y sin darme cuenta pongo caras acordes con lo que pienso, así que tampoco tendría por qué llamar tu atención, una risa mas o una risa menos.

Otras tantas veces me pregunto para qué tantas complicaciones si sé hablar!... Qué me cuesta abrir la boca y dejar escapar un par de palabras?
Pero no, este es otra de mis molestos temores, seguro que me puede el nerviosismo y empiezo a soltar disparates que nada tienen que ver con lo que siento.

... Me rindo, al fin y al cabo qué más dá, si el mundo está lleno de princesitas como tú y tampoco eres tan, tan, tan, tan... interesante que digamos... sí, tienes una delicadeza especial, pero nada sobrehumano al fin y al cabo. Te expresas de un modo que gusta mucho porque es peculiar sin dejar de ser sencillo y conciso, además lo haces con esos labios taaaaan perfectos... Pero bueno, ya será para otra vida.
Definitivamente, no eres tan maravillosa como para que yo tenga que andar haciendo promesas que no cumplo y defraudándome constantemente, aún menos cuando hay tantas princesitas como tú - tantas que podrían suplirte, quiero decir- a las que gustaría compartir besos conmigo, y con las que hablar horas y horas y horas y horas podría ser igual de placentero...

o no???... Porque en realidad, pensándolo bien, nunca encontré en otra persona esa mirada capaz de penetrar hasta en el último rincón de cada cosa en la que se detiene, esa mirada que se posa en lo pequeño que aparenta insignificancia, pero que en tu opinión es tan hermoso como el resto. Y es que caminas desde tan alto... lo bonito es que ni te das cuenta de lo inferiores que haces a las demás.

Y si hacerte sacar una sonrisa, ahora en tus malos momentos dependiese de mi???... No te preocupes, prometo que mañana te lleno los bolsillos de notas; me escribo en la frente tu nombre; te sonrío en cada esquina, a cada momento; te susurro y te grito que ahora mismo no hay nada que desee más que perderme en un largo viaje contigo y si cabe, tu tambien quisieras para que lo hicieras aún más inolvidable.

[...]

Como ves, yo me ilusiono muy rápido con todo y también soy exigente conmigo mismo, aunque no lo parezca, y doy lo mejor de mi, aunque tampoco lo parezca... y soy exigente con los demás... porque creo que me equivoque una vez al expresarme y creo que eso de incondicionalmente no existe al 100%...

...Porque siempre esperas que sea recíproco... y si me fallan me decepciono y eso es peor que cabrearse. El cabreo se va, con unos días, o con la ignorancia... la decepción se queda...

No hay comentarios: